Transcurría el año de 1956, cuando una tarde de Septiembre en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, en el popular barrio de Santa Teresita, sobre las calles de General Coronado y Juan Álvarez, un matrimonio muy joven formado por Josefina García - nombrada de cariño “Gorda” - y Marcelino Rodríguez “Machelo”, emprendieron un negocio callejero con la ayuda de su tía abuela Doña Hildeliza Ruvalcaba, a quien todos llamaban “Abuela”.
En una mesa coja, con pocas sillas, un brasero y algunos trastos “La Gorda”, “Machelo y la “Abuela”, corrieron el riesgo y comenzaron a vender sus exquisitos antojitos mexicanos de buena sazón y peculiar olor. En una pequeña olla de patamba, se elaboraba el pozole, las salsas en metate, los frijoles en un molino de metal, y así se preparaba todo de manera rudimentaria, pues no contaban con más recursos.
Durante 20 largos años vendieron en la calle y en la primera habitación de la casa. Afortunadamente el negocio prosperaba; pero “La Gorda” veía que el lugar era insuficiente, que la gente comía parada, otra, al ver tan concurrido no llegaba y lo peor cuando llovía había que meter a la casa, el comal, la olla, las sillas y mesas, etc… hasta que la lluvia pasara.
Actualmente Restaurantes La Gorda, sigue expandiendo sus negocios ubicándose en la Zona Metropolitana de Guadalajara y siendo pionera en la comida típica mexicana.
“La Gorda”, guerrera, incansable e impetuosa al lado de “Machelo” trabajador, recto y respetuoso, lograron sus objetivos a base de esfuerzo, trabajo, sacrificio y constancia.
